Desde la clínica oftalmológica de Mataró Eurolaser, queremos dar a conocer las lesiones o traumatismos oculares más comunes. Conocerlas puede ayudarnos a saber qué pasos se deben seguir delante de cada uno de ellos.
Algunos casos serán leves y no necesitarán actuación rápida, pero otros requerirán de tratamiento urgente.
Las lesiones que más comúnmente observamos en nuestra clínica oftalmológica en Mataró son:
5. Hemorragia subconjuntival
Ocurre cuando un capilar sanguíneo que pasa por la capa más superficial del ojo, se rompe y produce un hematoma.
Causas más comunes: aunque a menudo no se sabe la causa de esta lesión, muchas veces procede de un esfuerzo físico como tos o estornudos, situación estresante, vómitos o elevación transitoria de la presión arterial.
Síntomas: la parte blanca del ojo (esclerótica) queda teñida de una superficie de aspecto sanguinolento. Suele ser escandalosa, pero su condición no es grave y no provoca pérdida de visión. Se puede notar una pequeña sensación de cuerpo extraño.
Como proceder: no hay tratamiento para este tipo de lesión. Solo si las hemorragias se repiten a menudo o hay hemorragias en otras localizaciones (hematomas cutáneos sin traumatismo o salida de sangre por la nariz o encías), desde la clínica oftalmológica de Mataró, recomendamos una valoración por el médico de familia (control de la tensión arterial) y una analítica sanguínea para valorar las pruebas de coagulación.
6. Iritis traumática
Después de una lesión ocular la iritis traumática se percibe como una inflamación del iris, la zona que rodea la pupila. Puede desarrollarse en el transcurso de los tres primeros días después de la contusión. El ojo está rojo, doloroso y el tamaño de la pupila es pequeño (miosis).
Causas más comunes: suele ser causada por un traumatismo ocular, con una pelota, una mano o puño.
Síntomas: suele aparecer enrojecimiento y dolor en el ojo. La persona puede percibir las imágenes borrosas o padecer fotosensibilidad o fotofobia.
Como proceder: es importante acudir a la visita de un profesional para administrar los medicamentos que ayuden a aliviar el dolor y a reducir la inflamación. El dolor ocular se debe a un espasmo de la musculatura del iris. Las gotas administradas relajan estos músculos aliviando así el dolor.
7. Hipema
El hipema es la acumulación de sangre en la cámara anterior del ojo. La sangre puede llegar hasta el iris y la pupila, resultando una privación de la visión parcial o total.
Causas más frecuentes: suele ser causado por un traumatismo ocular. Generalmente en actividades deportivas o accidentes de trabajo. Son muy frecuentes en los traumatismos por petardos (onda expansiva).
Síntomas: puede que sea muy pequeño y la sangre no sea visible. Pero en general se puede apreciar un nivel de sangre en parte anterior del ojo, fotosensibilidad, visión borrosa o nublada. Suele ser una lesión dolorosa y si no se trata con rapidez, puede generar problemas permanentes.
Como proceder: ante un hipema debemos acudir rápidamente al oftalmólogo para que nos indique el mejor tratamiento. Será necesario reposo absoluto en posición horizontal con la cabeza elevada (45 grados) para evitar que la sangre tiña la superficie posterior de la córnea.
Se deberá tener cuidado con la presión ocular en el período de hipema, ya que la sangre puede aumentar la presión dentro del ojo. En el caso de una presión alta se debe instaurar tratamiento adicional.